jueves, 20 de agosto de 2020

DOMITILA


Corría el tiempo diluyéndose en las tardes de verano...

Me veía tan pequeña e imperante, con 7 años de edad, iba segura a tomar una combi hasta Puente Alipio, con una mochila colgada que tenía un par de ropa, alguna vieja muñeca y algo de comer, usualmente una fruta, llegaba al paradero y unos monstruos de 4 ruedas pasaban a toda velocidad...uno tras otros, no sé cuánto tiempo pasaría hasta que aparecía la bendita C que gritaba Villa El Salvador, Villa El Salvador, sube, sube, avanza, avanza con la prisa que lleva el viento trepaba la combi cuidando mis preciadas pertenencias, pues tenía una misión que cumplir, no recuerdo el nombre de las calles, solo recuerdo que solía sentarme hacia la ventana y ver el paisaje de arena y concreto para evitar perder de vista el paradero...De pronto - Bajo en Iglesia, por favor, la educación primero.

Llegaba y los zapatos llenos de polvo, un largo respiro y a seguir unas 5 o 7 cuadras tal vez cuesta abajo hasta llegar...

-Es ahí, me decía a mí misma, mis ojos se iluminaban, mi corazón se aceleraba, ya veía el jardín, ahí estaba el negro ladrando y otro perro más que no recuerdo su nombre...

-Abuela, abuelita... Ya llegué...

Ella salía con su moño bien en alto, sus faldas debajo de la rodilla, su chompita en verano o invierno siempre la acompañaba.

-Hija, otra vez has venido sola, cómo haces para salir así de casa, has pedido permiso, estás bien, tienes hambre, pasa, pasa, todas esas preguntas salían de ella y venía el abrazo, qué bueno que estés aquí.

Esos abrazos llenaban el alma, ella, mi Domitila con sus 5 nietos al mercado, cuál mamá pata cuidando a sus patitos para que no nos vayamos a hacer travesuras por ahí...

Por las tardes la mazamorra de maicena burbujeante a la cual llamábamos el niñito nadando aunque no faltaba el tío palomilla que decía el niñito ahogado.

Esos tiempos lejanos, esos tiempos de amor, de cariño, de confort...

Un buen día te pusiste malita y te llevaron al hospital, yo ya no era esa niñita de 7 años, tenía 13 y sabía bien lo que estaba pasando...Te vi en esa cama de hospital, no llores, estoy bien me dijiste, te abracé y te dije vaya que yo también, no estoy llorando te dije, pero a ti nadie te engañaba, me dijiste verás que estoy bien...

Y de pronto te me fuiste en una tarde de verano de enero con tus 57 años, la edad que hoy tienen mis padres, los veo a ellos y pienso en ti y recuerdo que te me fuiste joven y llena de vida, recuerdo que siempre me dijiste que estudie y vuele alto, recuerdo que me querías por sobre todas las cosas y te extraño en mis momentos tristes pero te extraño más en mis momentos felices porque sé que celebrarías conmigo cada triunfo y victoria...

No sé si hay una vida en el más allá, no sé si existe la reencarnación, no sé si desaparecemos en el plano físico o espiritual...Solo sé que fuiste lo mejor de mi infancia y donde quiera que estés o no estés te abrazo en mi alma.

Hasta pronto querida Domitila, porque cada vez que veo una flor amarilla de esas que tanto te gustaba te vuelvo a recordar y por ello en casa esas flores no me deben faltar.


sábado, 8 de agosto de 2020

AMIGA, HA PASADO TIEMPO Y YA NO SOMOS LAS MISMAS

Recuerdo que tú y yo era inseparables, que juntas nos comíamos el mundo!! Conversábamos de todo y de nada, más de una vez lloré, por el corazón roto y estabas ahí a mi lado con una palabra de aliento misma palabra que yo te devolvía cuando algún tonto te hacía llorar y así nos íbamos haciendo más amigas más hermanas, escuchándonos una a otra…

Planeábamos mil y un salidas, aunque usualmente se quedaba en lo primero (planear) aunque siempre nos veíamos ya sea en tu casa, en la mía o en alguna caminata de un centro comercial donde la frase era vamos a mirar porque a veces plata no había.

Así fue pasando el tiempo entre un sin fin de conversaciones y fuimos creciendo, madurando y nuestros temas cambiando, hablábamos más de la vida, nuestros proyectos, nuestras metas y cómo nos veíamos avanzando con nuestras carreras y soñando con los viajes que realizaríamos juntas como amigas como hermanas. Por ahí surgió el tema, ya sea por ti o por mí, de la maternidad y con cierto espanto decíamos NO, pues teníamos mil cosas planeadas antes de tan siquiera pensar en ser mamá…Pero un buen día me di con la sorpresa que estaba embarazada y lloré, por un sinfín de emociones encontradas y esa revolución hormonal que trae consigo el tener un bebe dentro.

Cuando te conté de mi nueva situación, me preguntaste cómo estaba, qué sentía, te preocupaste por mí y te alegraste tanto por el bebé que venía, te imaginaste tía y la nueva aventura que viviríamos de a 3 o quizás de a más con todo el grupo de amigas qué teníamos.

El tiempo fue pasando, mi barriga fue creciendo, mientras tú estabas enfocadas en tus proyectos, yo me iba enfocando en mi nuevo proyectito de vida… Inevitablemente las cosas cambiaron, nuestros planes juntas se fueron alejando y con ello nosotras también… El bebe nació y me envolví en un mundo de pañales, tetas y demás, pero pensé en ti y me dije te voy a bombardear con mis temas maternales porque en la maternidad resulta siendo un tanto caótica con todo el aprendizaje que llega, pero tú, MI AMIGA, MI HERMANA, estarías ahí para contenerme… 

Sin embargo, simplemente tú y yo no coincidimos en horarios, mientras tú tienes tu horario de oficina y luego tus planes de estudio, relajo o la salida con amigos, mi día a día no termina. Veo lo mucho que te diviertes, lo sé por las fotos que subes en redes sociales, déjame decirte que por momentos añoro sentirme así de relajada, despreocupada y extraño verme ahí en esa foto juntas, pero por hoy me envuelvo en unos horarios que ni te imaginas y es qué quien diría que el trabajo de madre no termina… Estoy en casa y cuando quieras puedes tomar el teléfono y llamarme, darme una visita, lo haría yo, pero tú estás a full y ya ni tiempo de vernos, te repito: ESTOY EN CASA, por si te animas a visitarme, solo no te asustes del desorden del niño. Me hace tanta falta vernos, reírnos a carcajadas y contarte esta experiencia… Sí, sé que suena a reproche y tal vez lo es, pero es que de verdad te extraño tanto y me preguntó dónde está esa amiga que sería la súper tía. Pero descuida, a pesar de la distancia te quiero harto…Y sabes a pesar de todo lo dicho, te sigo queriendo, pero sobre todo te entiendo… y es que tú y yo estamos en etapas distinta. Disfruta todo lo que quieras, tendremos tiempos de charlar… Solo sé que si decides algún día ser mamá, estaré para ti, pues he aprendido lo mucho que se necesita de una amiga, de una cómplice en este mundo maternal… Ven, no te castigaré con el látigo de mi indiferencia😂 Ven, que necesito a MI AMIGA, MI HERMANA

Pdta: El sobrino ha crecido y si quieres que te recuerde como la tía regia, ven pronto que los años pasan.

Escrito el: 15 de enero de 2018